O do Interno

Desde hace tiempo dejé de pensar en la poesía: no me interesa gran cosa pensar la poesía, y mayormente no la entiendo, tampoco necesito entenderla, a estas alturas me resulta una interferencia a mis necesidades prácticas y, digamos, espirituales. Escribo sin embargo poesía con exceso: no pasa día hasta la fecha y desde febrero del 2002 en que no escriba como mínimo un poema, pero desde hace años, pongamos que un lustro, lo que escribo no lo percibo como poesía sino como una práctica parecida a la del alfarero que fabrica una vasija sin importarle demasiado la vasija sino el acto en sí, concentrado, de su fabricación: realizada dicha fabricación, guarda en su sitio la vasija, a veces vende una pieza, en general las ve acumularse. Si al alfarero lo llaman alfarero se desentiende, no se da vuelta ni acude al llamado. A él no lo han llamado. José Kozer