Coleccion #101

¿AHORA QUÉ ME QUEDA? Ya mi cuerpo no necesita vitaminas emocionales, ni siquiera mi mente la adrenalina para cumplir tareas imposibles y la vejez me acecha como cada paisano de este planeta; es un ritmo incontenible que a veces le llamamos tiempo y otras veces años. Hubo etapas en que reté mi vida, como si fuese una fiera felina ante mi destino; no puedo dar un veredicto exacto de credibilidad, pero pienso que fui un poco austero e ignorante, y gracias a ello, concluí la batalla de la juventud. ¿Ahora qué me queda? ¿Será esperar por otros veinte años con otras experiencias y cargar con la buena suerte de que dure vivo todo ese tiempo? Tal vez sí o quizá no, a lo que Dios me disponga. Puedo afirmar también que he vivido, repetir mil palabras diarias a mis hijos y ni siquiera una, escucharán. Nada me sorprendería, ahora que me queda lo incierto, lo que ya sé qué somos y cuando era joven me invadía una incertidumbre enorme por no saber descifrar lo que ahora puedo, descansarlo en el trayecto de mi respiración.¿Ahora qué me queda? Solamente, no pensar en venganzas ni absurdos que comprometan mi psicología e interrumpan la inteligencia que me ha dado este recorrido. Y preciso morir mil veces antes de desafiar mi ser a la mentira, porque las personas que no queman sus etapas, hay que condolerse de ellas, porque lo que fue y no pasó, ya es inútil sostenerlo. El Mundo, el Amor y Dios son sola una razón para VIVIR. He encontrado la Paz en mí mismo, cuando vencí la guerra de mi Interior. Yo no puedo darle al mundo lo que no quiero para mí. Estoy más allá del odio, porque simplemente soy Amor, porque somos el Amor; porque todo lo que está programado para existir es Amor, y ahora sí sé lo que me queda: "Dar mucho AMOR hasta más allá de la Eternidad".