Coleccion #60

LA MAESTRÍA DE LA FELICIDAD Si José Martí resucitara y se diera un paseo por este suelo el cual ya dejó... (Hace más de un siglo atrás), creo que él mismo se daría el tiro en la frente. Decía que los niños nacieron para ser felices, pero ¿y qué pasa después que crecen? Los niños son la esperanza del mundo ... Otra de sus frases célebres. Y, así continuamente, Martí insiste en la Edad de Oro... Cosa que no se la discuto ni por un segundo. Lo triste de todo esto, es ver hoy en día, el poco interés que le prestan los adultos a los niños. En otros terceros y cuartos mundos, los lanzan como manadas a la Supervivencia, y los meten de lleno a pasar necesidades e insolvencias nimias. Muchos lo ven como un encomio, pero realmente es una falta de desconsideración para esas criaturas que nada deben de hacer en un Universo tan falto de atención para ellos. Pero aun ahí, no acaba la reflexión. Hemos llegado al Primer Mundo; aquí las cosas son diferentes, se le da al niño de todo cuanto se le pude dar y más, por tal de que el pequeño no moleste y así dedicarse cada cual a otra cosa. El egoísmo se acrecienta en ese individuo, en ese infeliz que tampoco ha pedido venir aquí como un robot, a estar jugando con aparatitos y escuchando comerciales de televisores para enterarse del último invento, que ha ideado el mundo de Disney. La Maestría de la Felicidad, para cada ser humano, consiste en buscar la placidez, cuando realmente estemos listos para ello. No procrear porque nos estemos poniendo viejos. Y aunque los hijos sean la Felicidad más grande, también pueden ser el infierno más triste sobre la faz de la tierra, si no lo planificamos debidamente; porque al final, son los que pagan los platos rotos de los irresponsables que los traen aquí. ¡Y después nos quejamos porqué estamos cómo estamos!